Ya sé lo que le pasa a Victoria: Tiene Trastorno Bipolar. Es un ángel y un demonio. Quiero ayudarle, como amigo. Es imposible querer ser su pareja, me volvería «loco» a mí también y no quiero «eso»…
Yo le voy a ayudar. Es un reto personal. ¿Alguien me puede ayudar a saber «tratarla»? Yo he sido el mismo, en ambos estados, y esto no puede ser… Hay que cambiar.
Protección:
1. Legalmente, para protegerme de «los pollos que me monta». No creo que sea problema. Ni judicialmente ni médicamente. Es un trastorno bipolar «a lo bestia». Descarado. No tengo miedo a que «el demonio» actúe. La Medicina tiene explicación.
2. Médicamente a ella. Para que actúe el mayor tiempo posible de «ángel» y saber tratarla los tiempos de demonio.
Hay un problema añadido: Y es que parece ser verdad que tiene un cáncer de riñón… y me ha dicho, que es terminal, y le quedan 6 meses de vida… La Ley de Protección de datos me impide saber nada «REAL» de ella… Tengo que hacer y actuar según suposiciones…
Me gustaría ayudarla. Tengo tiempo y tengo la «situación» controlada.
Se agradecería cualquier sugerencia.
Muchas gracias
Ver www.TrastornoBipolar.org
Se aumentan los SERVICIOS de la www.FundacionFranciscaTroyano.com
- Temas de HERENCIA al fallecer los padres
- Temas INCAPACITACIÓN MÉDICA JUDICIAL como la que hice a mi madre para protegerla de sus 2 hijas.
- Temas INCAPACITACIÓN del Corporativismo Médico JUDICIAL. como la que hicieron mis 2 hermanas con la ayda de colegas médicos de Vilanova para quitarme la parte de la herencia de mis padres y quedarse ellas con todo y a mí enviarme a Sant Boi.
- Temas de www.TrastornoBipolar.org Práctica y Experiencia. Nos faltan los conocimientos Teóricos, pero vamos a aprenderlos online.
Aplicación evidente:
Demostrar la MALDAD de mis 2 hermanas por ocultarme la muerte de mi madre durante 10 meses para «joderme» y retrasar la parte de mi herencia.
Según la Wikipedia, el https://es.wikipedia.org/wiki/Trastorno_bipolar es:
El trastorno bipolar, también conocido como trastorno afectivo bipolar (TAB) y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva (PMD), es un conjunto de trastornos del ánimo que se caracteriza por fluctuaciones notorias en el humor, el pensamiento, el comportamiento, la energía y la capacidad de realizar actividades de la vida diaria.1234
El trastorno bipolar no es un estado de ánimo pasajero o un estado donde pueda pasarse de una emoción a otra en un corto lapso de tiempo (ej. reír mientras se está llorando). Este trastorno afecta al individuo durante meses o años por etapas, donde la calma y el comportamiento normal se intercala entre los episodios maníacos y la depresión.5
La persona afectada por este trastorno alterna su estado de ánimo entre la manía o hipomanía —fase de alegría, exaltación, euforia y grandiosidad— y la depresión, con tristeza, inhibición e ideas de muerte.6
Se han definido cuatro tipos de trastorno bipolar de acuerdo con la severidad y alternancia de estados de ánimo en el tiempo: trastorno bipolar tipo I, trastorno bipolar tipo II, ciclotimia y trastorno bipolar no especificado.12
Debido a que el trastorno bipolar se presenta en adultos jóvenes, desencadena un alto costo social, siendo la segunda causa de discapacidad laboral a nivel mundial; además, quienes lo padecen presentan un riesgo mayor que la población general de mortalidad por suicidio, accidentes y por causas naturales como enfermedades cardiovasculares.17
Etimología
La hipótesis humoral afirmaba que la melancolía (depresión) era causada por un fluido corporal, conocido como la bilis negra,8 mientras que la manía (locura) era causada por otro fluido llamado entonces bilis amarilla.9 De allí que las palabras depresión (anteriormente llamada melancolía) y manía, tienen su etimología en la lengua griega clásica. La palabra melancolía se deriva de la palabra μἐλας, (melas), negra, y χολή, (kholé), bilis indicando los orígenes del término en las teorías de los cambios de humor de Hipócrates.
Sin embargo, los orígenes lingüísticos de manía no están tan claros. Varias etimologías son propuestas por el médico romano Celio Aureliano, incluyendo la palabra griega ania, lo que quiere decir que produce una gran angustia mental, y manos, que quiere decir relajado o suelto, lo que se podría aproximar del contexto es una mente o alma excesivamente relajada.10 Hay por lo menos otros cinco candidatos, y parte de la confusión que rodea la exacta etimología de la palabra manía es su variado uso en la poesía y mitología pre-Hipocrática (Angst and Marneros 2001).
Historia
Durante casi un milenio después de la caída del Imperio romano, la hipótesis humoral de los griegos se impuso como la teoría de la causa de la depresión y la manía.
Durante el siglo II d. C. Sorano de Éfeso (98-177) describía a la manía y a la melancolía como distintas enfermedades con etiologías separadas,9 sin embargo, él reconocía que «muchos otros consideran a la melancolía una forma de la enfermedad llamada manía».11
Los primeros escritos que describen la relación entre manía y melancolía se atribuyen a Areteo de Capadocia. Areteo fue un médico y filósofo ecléctico, que vivió en Alejandría entre los años 30 y 150 d. C. (Roccatagliata 1986; Akiskal 1996). Areteo es reconocido como el autor de los antiguos textos supervivientes donde se da un concepto unificado de la enfermedad maníaca-depresiva, viendo ambos, melancolía y manía como si tuvieran un origen común en la «bilis negra» (Akiskal 1996; Marneros 2001). Según Areteo, la manía es un aumento de la melancolía y debe entenderse como el polo opuesto a la melancolía. Su concepto del continuum del ánimo bipolar es aún más amplio que el actual, englobando incluso los trastornos esquizo-afectivos y la psicosis.12
El enciclopedista chino Gao Lian (c. 1583) describe el trastorno en su libro Ocho tratados sobre el arte de vivir (遵生八笺, Ts’un-sheng pa-chien).8 En los siglos XVII y XVIII fueron fundamentalmente el anatomista Thomas Willis, de Oxford, Giovanni Battista Morgagni, de Padua, y Anne Charles Lorry, de París, quienes descubrieron los episodios repetitivos de manía y depresión a largo plazo.12
La conceptualización psiquiátrica contemporánea de la enfermedad maníaco-depresiva es usualmente fechada cerca de 1850. El 31 de enero de 1854, Jules Baillarger describió a la Academia de Medicina del Imperio Francés una enfermedad mental de dos fases que causa oscilaciones entre la manía y la depresión. Dos semanas después, el 14 de febrero, Jean-Pierre Falret presentó una descripción a la Academia de lo que era esencialmente el mismo trastorno. Esta enfermedad fue designada como folie circulaire (locura circular) por Falret, y como folie à double forme (locura de forma dual) por Baillarger (Sedler 1983).
Emil Kraepelin (1856-1926), un psiquiatra alemán, considerado por muchos (incluyendo Hagop Akiskal)13 como el padre de la conceptualización moderna de trastorno bipolar, fue quien categorizó y estudió el curso natural de pacientes bipolares que no estaban siendo tratados, tiempo antes de que se descubrieran los estabilizadores del humor. Al describir a estos pacientes en 1902, él acuñó el término «psicosis maníaco-depresiva». Notó que sus pacientes bajo observación tenían unos intervalos de enfermedad, maníaca o depresiva, y generalmente después venían intervalos libres de síntomas en los que el paciente podía funcionar normalmente.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el psiquiatra John Cade, en el Hospital Bundoora de Melbourne, Australia, estaba investigando los distintos compuestos que utilizaban los pacientes veteranos que tenían la enfermedad. En 1948, el Dr. Cade descubrió que el carbonato de litio podría utilizarse como un tratamiento eficaz para las personas que padecían la enfermedad.
Este fue el primer compuesto que demostró ser eficaz en el tratamiento de cualquier cuadro psíquico. El descubrimiento fue quizás el inicio de los tratamientos farmacológicos aplicados en psiquiatría. Este descubrimiento precedió al de los tratamientos con fenotiazinas para la esquizofrenia y el descubrimiento del tratamiento con benzodiazepina para los estados de ansiedad durante cuatro años.
El término «enfermedad maniaco-depresiva» apareció por primera vez en 1958. La actual nosología, trastorno bipolar, se volvió popular solo recientemente, y algunos individuos prefieren la terminología antigua debido a que provee de una mejor descripción de una enfermedad multidimensional que continuamente cambia.
El origen del trastorno parece ser orgánico. No se conocen todos los orígenes biológicos específicos del trastorno, aunque se cree que el mal aprovechamiento de los neurotransmisores cerebrales, serotonina y dopamina, estarían relacionados.
Al realizar una exploración por medio de una imagen por resonancia magnética (IRM) no se ven alteraciones, pero sí aparecen al realizar una prueba llamada tomografía por emisión de positrones (TEP).
Clasificación
No hay un consenso claro sobre cuantos tipos de trastorno bipolar existen.14 En el DSM-IV-TR y el CIE-10, el trastorno bipolar se concibe como un espectro de trastornos que se suceden en un continuo. El DSM-IV-TR enlista cuatro tipos de trastornos del estado de ánimo que se ajustan en la categoría de bipolar: trastorno bipolar tipo I, trastorno bipolar tipo II, ciclotimia y trastorno bipolar no especificado. En el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) de la American Psychiatric Association (Asociación Americana de Psiquiatría) se describen dos tipos de trastorno bipolar: tipo I y tipo II.
Trastorno bipolar tipo I
El trastorno bipolar tipo I se da en aquellos individuos que han experimentado un episodio maníaco añadido a un episodio depresivo (de acuerdo con el DSM-IV-TR). Es frecuente que los sujetos también hayan presentado uno o más episodios depresivos mayores. Para el diagnóstico de esta modalidad de acuerdo con el DSM-IV-TR son necesarios uno o más episodios maníacos o mixtos. No es necesario que exista un episodio depresivo como requisito para el diagnóstico, aunque frecuentemente aparezca. Además, según el DSM-V, antes o después del episodio maníaco, es posible que hayan ocurrido episodios hipomaníacos o episodios de depresión mayor.
Trastorno bipolar tipo II
El trastorno bipolar tipo II se caracteriza por episodios de depresión mayor así como al menos un episodio hipomaníaco. Los episodios de hipomanía no llegan a los extremos de la manía (es decir, que no provocan alteraciones sociales u ocupacionales y carecen de rasgos psicóticos). El trastorno bipolar tipo II es mucho más difícil de diagnosticar, puesto que los episodios de hipomanía pueden aparecer simplemente como un periodo de éxito con alta productividad y suele relatarse esto con menos frecuencia que cuando se sufre una depresión. Pueden aparecer síntomas psicóticos durante los episodios de depresión mayor, pero nunca en episodios hipomaníacos. Para ambos trastornos existe un cierto número de especificadores que indican la presentación y el curso del trastorno, entre otros el de «crónico», «ciclado rápido» (cuando aparecen 4 o más episodios en el transcurso de un año), «catatónico» y «melancólico». Asimismo, de acuerdo con el DSM-V, para que se cumpla el diagnóstico de trastorno bipolar tipo II nunca debe haber ocurrido un episodio maníaco; además, la aparición de los episodios hipomaníacos y de depresión mayor no se deben explicar mejor por un trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno de ideas delirantes, un trastorno esquizofreniforme, u otros trastornos psicóticos especificados o no especificados.
Trastorno bipolar tipo III
Basado en la concepción de la bipolaridad, en 2005 el Dr. Hagop Souren Akiskal sugirió el nombre del trastorno bipolar para referirse a pacientes que presentaban demencia temprana con inestabilidad anímica, desinhibición sexual, agitación y conducta impulsiva.
El trastorno bipolar geriátrico, es la aparición de la enfermedad del trastorno bipolar en pacientes de edad avanzada de más de 50 años de vida, donde los mecanismos cerebrales que regulan el estado de ánimo se encuentran alterados, ya sea de manera estructural por herencia poligénica en los mecanismos cerebrales que regulan los estados de ánimo aunado a factores ambientales externos (fármacos, alteraciones hormonales, drogas, estrés), o bien por lesión cerebral provocando el trastorno bipolar de inicio tardío.
Ciclotimia
Artículo principal: Ciclotimia
La ciclotimia implica la presencia o historial de numerosos episodios de hipomanía, intercalados con episodios depresivos que no cumplen completamente los criterios para que existan episodios de depresión mayor. La idea principal es que existe un ciclado de grado bajo del estado de ánimo que aparece ante el observador como un rasgo de la personalidad, pero que interfiere con su función.
Hay variaciones de este trastorno. Los estados de ánimo cambian rápidamente (en un año se pueden manifestar entre 4 o más cambios de ánimo) como también pueden cambiar lentamente. Una vez estabilizado el paciente se reencuentra con su vida social, laboral, e incluso afectiva, evitando escaparse de sí mismo y de su entorno, para así estar en convivencia con su pareja, amigos y familiares.
En términos psiquiátricos, esto se llama ciclos rápidos o acelerados y ciclos lentos, respectivamente. Los ciclos ultrarrápidos, en donde el ánimo cambia varias veces a la semana (o incluso en un día), suelen ocurrir en casos aislados, pero es ciertamente una variable real del trastorno. Estos patrones de cambios de ánimo son asociados con ansiedad y altos riesgos de suicidios.15
Algunos estudios han sugerido una relación correlativa entre la creatividad y el trastorno bipolar. Con todo, la relación entre ambas todavía permanece incierta.161718 Hay un estudio que muestra un incremento en la creatividad, con lo cual el individuo logra obtener ciertas metas y objetivos.19
Trastorno bipolar no especificado
El trastorno bipolar no especificado es un «cajón de sastre», diagnóstico que se utiliza para indicar afecciones bipolares que no encajan en otras categorías diagnósticas. Si un individuo parece sufrir claramente de algún tipo de trastorno bipolar pero no cumple los criterios de alguno de los subtipos mencionados más arriba, se le asigna el diagnóstico de trastorno bipolar no especificado. Aunque los pacientes, por lo general, acudirán en busca de ayuda en fase depresiva, es muy importante averiguar a partir del paciente o de la familia de este, si alguna vez se ha dado algún episodio de manía o hipomanía mediante una cuidadosa interrogación. Esto evitará un diagnóstico equivocado de trastorno depresivo y evitará el uso de antidepresivos que pueden desencadenar un cambio a manía o hipomanía o inducir un ciclado rápido. Se ha desarrollado recientemente herramientas de exploración como el Hypomanic Check List Questionnaire (cuestionario sobre hipomanía mediante una lista de comprobación, HCL-32) para asistir en la tarea frecuentemente complicada de detectar los trastornos bipolares tipo II y III.