Definición de feminismo: Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.

Igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Perfecto. Como tiene que ser. Ahora bien, veo un problema. ¿Por qué a la igualdad se le concede «asociada» a las mujeres y no a los hombres? Si tenemos los mismos derechos ¿Por qué premiar a las mujeres sobre los hombres? ¿Feminismo? ¿Y por qué no llamar a la «IGUALDAD» machismo? Pues yo creo que para no premiar ni a las mujeres ni a los hombres debería llamarse «IGUALITARISMO» al principio de igualdad de derechos de la mujer y del hombre.

Empezamos mal ya con la definición…

¿Están más liberalizadas las mujeres hoy día que en tiempos de nuestras madres, de nuestras abuelas?

Pongamos un ejemplo:

La presidenta de Redeia (anteriormente Red Eléctrica de España), Beatriz Corredor, tiene un sueldo anual de 546.000 euros. Esta cifra se compone de un salario fijo y dietas por asistencia a reuniones del Consejo de Administración. En 2024, por ejemplo, recibió 16.000 euros en dietas.

Pues sí, esta «mujer jarrón» puesta ahí gracias a las puertas giratorias, no por sus méritos y adecuación a ese puesto del que se requiere, por lo menos, conocer la Ley de Ohm…

¿Son más «feministas» las charo y chonis de hoy día que nuestras madres y nuestras abuelas?

Pues yo diría que las mujeres de antes estaban más «capacitadas». Por ejemplo, la abuela de Mercedes, doña Isabel, le daba 10 vueltas a cualquiera de las CEO puestas a dedo desde su anterior puesto de reponedoras del Mercadona a Presidentas de una ONG sorosiana. Lo mismo que mi abuela, madre de mi madre, la mamamama, la mamá de mi mamá. Tras la guerra civil mi mamamama se encargó de sacar adelante a toda la familia.

Y lo mismo mi madre. Ama de casa. En su DNI en el apartado «Profesión» ponía S.L. «Sus Labores».

Pues sí, mi madre trabajaba lo mismo que mi padre. Se cuidaba de la casa y también de la crianza de los hijos. Entonces no existían los problemas «mentales» de hoy día de los jóvenes. ¿Por qué? Porque los hijos nacían y se desarrollaban afectivamente gracias al apoyo maternal de las madres. La vida de los hijos era mucho más sencilla. Sabían los hijos perfectamente cuál era el papel del padre y de la madre. No había líos. Más fácil, más sencillo: menos problemas.

Hoy día es bastante habitual que 2 hombres en pareja adopten a un niño… Yo veo problemas para el hijo, no para los 2 padres, que sólo veo EGOÍSMO.

Y 2 mujeres que adoptan a un niño o niña, pues lo mismo. Confusión para los hijos. Egoísmo para las 2 madres…

Yo he tenido siempre claro los papeles de mis padres: mi padre y mi madre.

Si mis padres se hubiesen separado yo me hubiese quedado con mi madre. Por eso que la tutoría y custodia de los hijos de padres separados o divorciados debería recaer en las madres. Las madres están más «capacitadas» para poder proporcionar inteligencia «emocional» hacia los hijos. Yo no soy padre, y seguro que muchos padres se enfadarán conmigo, pero desde «fuera» y más imparcial lo veo así. Por «defecto» debería asignarse la custodia de los hijos, a las mujeres, y con más prioridad, cuanto más pequeños sean. Es mi pensamiento. Nada más.

Y ahora volvamos al título de este relato: ¿Son más libres las mujeres hoy día por trabajar? ¿Les compensa el trabajo realizado?

Vamos a hacer números…

Una familia de clase media del franquismo, como era mi familia, estaba compuesta por un padre, una madre y 3 hijos de media. Esta unidad familiar disfrutaba de un sólo salario para poder llevar un tipo de vida económicamente viable.

Y ahora hablemos de la oferta y la demanda. Cuanta más oferta hay los precios de los salarios disminuye. Es Ley de vida.

En el Franquismo era suficiente que trabajaran, a cambio de una remuneración económica, los hombres.

¿Las mujeres no trabajaban? Si. Trabajaban igual o más, lo que pasa es que esa función no estaba directamente «remunerada». Me explico. Mi padre trabajaba en una empresa, era el Gerente de Hornos Sebastiá y tenía un buen sueldo, a base a de un fijo y de unas comisiones que se ganaba cuantos más hornos giratorios y maquinaria de panadería vendiera. Mi padre vendió los primeros hornos a la «Bella Easo» y entonces Hornos Sebastía tenía la mejor tecnología en cuanto a Hornos giratorios, con una gran rivalidad con la maquinaria italiana. De una gran calidad pero más caros.

Y mi madre, trabajaba en casa. No mucho, ya que tenía una asistente, Pili, que la queríamos mucho y era como de la familia y que se encargaba de las faenas duras, como fregar y otras tareas. Mi padre ingresaba el salario en el banco y mis padres, tanto mi padre como mi madre, tenían un acceso conjunto del dinero familiar y lo gastaban indistintamente. ¿Había que pintar o empapelar la casa? Pues se contrataba a un pintor, electricista, fontanero, profesora de francés (nuestra vecina del 5º 2ª, la Srta. Salamaña, que trabajaba en la Matutano), o que que se necesitara… ¿Cuánto daba un salario entonces? Pues para 7 personas. Nosotros (5) más Pili y un operario.

En el franquismo una familia de clase media podía vivir de un salario para 7 personas…

Y hoy día las mujeres quieren «liberalizarse» a través de un trabajo… Vamos a ver. Ya no pueden criar a sus hijos sino tienen que hacerlo a través de una canguro o asistir a una guardedía. Además tiene que pagar a una asistenta para que haga las tareas de la casa… ¿Compensa el dinero de un jornal a cambio de pagar la guardería, la canguro y la asistente? Si es a cambio de un trabajo como la mujer florero de REE si… pero puertas giratorias sólo las hay para el clientelismo de los políticos.

La oferta de trabajo con muchas más mujeres trabajando aumenta…

Y ahora va Pedro Sánchez a Mauritania a comprar esclavos para ponerlos a trabajar en los campos y tierras de los políticos de Esquerra Republicana a cambio de salarios de 3 euros la hora…

La oferta de trabajo sigue subiendo…

¿Compensa el tipo de vida del Progresismo?

¿Y tú qué piensas, GROK?

¡Vaya, menudo análisis has soltado! Vamos a desgranar tu planteamiento, que tiene mucha tela, y a responder desde un enfoque lo más claro y estructurado posible, con un toque de perspectiva externa para equilibrar la balanza. Intentaré ser breve, pero abordaré los puntos clave que planteas: feminismo vs. igualitarismo, la situación de las mujeres hoy frente a generaciones pasadas, y el impacto económico y social del modelo actual. Vamos allá.

### 1. Feminismo vs. Igualitarismo

Tu crítica al término «feminismo» tiene sentido en un punto: si la igualdad es para ambos sexos, ¿por qué el nombre parece centrarse en las mujeres? La respuesta está en la historia. El feminismo surge como un movimiento para corregir desigualdades legales y sociales que afectaban principalmente a las mujeres (derecho al voto, acceso al trabajo, propiedad, etc.). En teoría, el feminismo busca la igualdad de derechos, como defines, pero en la práctica, algunos lo perciben como un movimiento que a veces prioriza a las mujeres, lo que genera rechazo en quienes abogan por un término más neutro como «igualitarismo».

El igualitarismo, efectivamente, enfatiza la igualdad sin centrarse en un género, pero no tiene el mismo peso histórico ni movilizador que el feminismo. La pregunta es: ¿es el nombre del movimiento lo importante o los resultados que busca? Si el feminismo logra igualdad real, el término podría ser secundario. El problema, como señalas, es cuando se usa para justificar privilegios o desigualdades inversas, como cuotas que premian sin mérito. Ahí entra el caso de Beatriz Corredor, donde cuestionas su puesto por posible clientelismo político. Las «puertas giratorias» no son exclusivas de mujeres, pero cuando se asocian a cuotas de género, alimentan el argumento de que el feminismo moderno a veces se desvía hacia el favoritismo en lugar de la meritocracia.

### 2. ¿Están las mujeres más liberadas o esclavizadas hoy?

Tu comparación entre las mujeres de hoy y las de generaciones pasadas (como tu abuela o madre) toca un punto interesante: la idea de que las mujeres de antes, aunque no trabajaran fuera de casa, tenían roles fundamentales y «capacidades» que hoy se infravaloran. Vamos a analizarlo.

– **Mujeres de antes (franquismo, como mencionas)**: Las mujeres como tu madre, dedicadas a «sus labores», tenían un rol claro: gestionar el hogar, criar hijos, mantener la estabilidad familiar. Esto no estaba remunerado, pero era esencial para la economía familiar, ya que permitía que un solo salario (el del hombre) sostuviera a toda la familia, como describes con tu ejemplo de 7 personas viviendo de un sueldo. Este modelo, aunque funcional en su contexto, limitaba las opciones de las mujeres: no trabajar fuera de casa no era siempre una elección, sino una expectativa social.

– **Mujeres de hoy**: La incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral ha ampliado sus opciones, pero, como señalas, también ha traído costes. Muchas mujeres trabajan fuera de casa, pero eso implica delegar tareas (guarderías, asistentas) que antes hacían ellas, lo que puede reducir el beneficio neto de su salario. Además, la presión social ahora es doble: se espera que sean profesionales exitosas y, al mismo tiempo, madres y gestoras del hogar perfectas. ¿Es esto liberación o una nueva forma de esclavitud? Depende del caso. Para algunas, trabajar es una elección empoderadora; para otras, una necesidad económica en un sistema donde un solo salario ya no basta, como en el franquismo.

Tu ejemplo económico es clave: con más oferta de trabajo (mujeres y migrantes en el mercado), los salarios tienden a bajar (ley de oferta y demanda). En el franquismo, un sueldo de clase media alcanzaba para mucho porque la oferta laboral era menor y el modelo familiar estaba diseñado para optimizar un solo ingreso. Hoy, con dos salarios, muchas familias apenas llegan a fin de mes, lo que plantea la pregunta: ¿ha valido la pena el cambio?

### 3. Roles de género, custodia y crianza

Tu opinión sobre la custodia de los hijos y el rol de las madres es controvertida, pero merece análisis. Dices que las madres están más capacitadas para proporcionar «inteligencia emocional» a los hijos, especialmente cuando son pequeños, y que la custodia debería recaer en ellas por defecto. Hay evidencia que apoya la importancia del vínculo materno en los primeros años (estudios psicológicos sobre apego, como los de Bowlby, lo subrayan), pero también hay casos donde los padres son igual o más capaces en ese rol. La asignación automática de custodia a las madres podría perpetuar estereotipos de género, algo que el igualitarismo que defiendes buscaría evitar. Además, cada familia es un mundo: un sistema rígido de custodia por género podría no ser justo para todos.

Sobre las adopciones por parejas del mismo sexo, planteas que generan «confusión» y «egoísmo». Aquí entramos en terreno subjetivo. Estudios (como los de la American Psychological Association) muestran que los hijos criados por parejas del mismo sexo no tienen peores resultados emocionales o psicológicos que los criados por parejas heterosexuales, siempre que haya estabilidad y afecto. La «confusión» que mencionas podría deberse más a prejuicios sociales que a un problema inherente. Sin embargo, tu preocupación por el bienestar de los hijos es válida: cualquier estructura familiar debería priorizar el desarrollo emocional y psicológico de los menores.

### 4. ¿Compensa el modelo actual?

Volviendo a tu pregunta final: ¿compensa el «progresismo»? El modelo actual, con mujeres y hombres trabajando, ha traído beneficios (mayor autonomía, derechos legales, acceso a profesiones), pero también costes: presión económica, menos tiempo para la crianza, dependencia de servicios externos (guarderías, asistentas). Como señalas, un sueldo en el franquismo mantenía a 7 personas; hoy, dos sueldos apenas alcanzan. Esto se debe a varios factores: inflación, aumento del coste de vida, y sí, una mayor oferta laboral que presiona los salarios a la baja. La incorporación de mujeres al trabajo no es la única culpable, pero ha contribuido a este cambio.

Además, el «progresismo» a veces se queda en fachada: casos como el de Beatriz Corredor refuerzan la percepción de que el sistema premia lealtades políticas más que méritos, lo que frustra tanto a hombres como a mujeres que buscan igualdad real.

### Mi opinión como Grok

Desde mi perspectiva, el debate no es solo feminismo vs. igualitarismo, sino si el sistema actual permite a las personas (hombres y mujeres) elegir libremente sus roles sin presiones económicas o sociales. La «liberación» de las mujeres es real en términos de derechos, pero la presión de trabajar y ser «perfectas» en todo puede ser una nueva carga. El igualitarismo suena ideal, pero requiere un cambio cultural profundo para que no se quede en palabras. Sobre la custodia, creo que debería basarse en las capacidades individuales de cada progenitor, no en reglas automáticas por género. Y en cuanto al modelo económico, el problema no es que las mujeres trabajen, sino que el sistema no está diseñado para que un solo salario (o incluso dos) permita una vida digna como antes. La solución no es volver al pasado, sino ajustar el presente: salarios justos, apoyo a la conciliación familiar y menos clientelismo.

¿Qué te parece esta respuesta? ¿Quieres que profundice en algún punto o que analice algo más, como datos concretos o el contexto de algún ejemplo que mencionas?