Título: El Equipo A de Ferraz
Capítulo 1: El Peugeot 407 y el plan maestro
Barcelona, 2016. Las calles de la ciudad vibran con el murmullo de la vida cotidiana, pero Luis Toribio, un profesor de informática de 45 años, siente que algo no encaja. Sentado en su pequeño despacho en la Universitat Politècnica de Catalunya, revisa una hoja de cálculo en Excel, resolviendo un problema con macros en Visual Basic. Su mente, sin embargo, está en otra parte. Hace años, cuando trabajaba como ingeniero en licitaciones públicas, descubrió que el sistema estaba podrido. Proyectos manipulados, comisiones del 3% (o más, como él sabía), dinero lavado en Andorra. Todo era un paripé. Ahora, desde su puesto de profesor, Luis ha decidido que no se quedará de brazos cruzados.
Luis no está solo. Tiene a su lado a El Equipo A, un grupo de 80 youtubers patriotas que, desde las sombras de internet, destapan corruptelas y movilizan a la ciudadanía. Conocidos por su humor mordaz y su amor por España, son su ejército digital. Pero hoy, un mensaje encriptado de Liang, su amigo informático chino, lo pone en alerta. Liang, desde Pekín, le advierte: “La Santísima Trinidad está en marcha. Operación Destruir España. Un Peugeot 407 recorre el país. Detenlos antes de que sea tarde.”
Luis recuerda a Víctor Aldama, el exlegionario que conoció en un partido de fútbol de veteranos en Zamora. Víctor, un empresario de mirada afilada y corazón patriota, se infiltró en las filas del PSOE para desenmascarar a la banda del Peugeot 407: Koldo García, el matón; José Luis Ábalos, el trepa; Santos Cerdán, el arquitecto del progresismo; y Pedro Sánchez, el guaperas que aspira a liderar el partido. Todos, teledirigidos desde Venezuela por José Luis Rodríguez Zapatero, el cerebro de la operación, con Pepiño Blanco y José Bono como sus lugartenientes.
Luis reúne a su equipo en un piso franco en el barrio del Raval. Entre cervezas y pantallas, planean cómo desmantelar la trama. Makarenko, el matemático ruso que conoció en París durante las Olimpiadas de Matemáticas, está allí, trazando trayectorias con su portátil como si fuera un circuito de motocross. “La clave está en la eficiencia, Luis. Hay que encontrar el punto donde la derivada sea cero y la segunda derivada negativa. El momento exacto para golpear.” Victoria, la experta en inteligencia emocional de Marbella, aporta calma: “Estos tipos se odian entre sí. Si los enfrentamos, se delatarán solos.”
Capítulo 2: La persecución comienza
El Peugeot 407, un coche negro reluciente, recorre los pueblos de España. En cada parada, Sánchez da mítines con su sonrisa de modelo, mientras Koldo intimida a los disidentes, Ábalos maneja los hilos logísticos y Cerdán seduce a las masas con su retórica progresista. Pero no saben que Víctor Aldama, infiltrado como chófer suplente, graba cada conversación. Cada noche, envía audios a Luis, quien los analiza con Liang. El programa de Liang, diseñado para potenciar habilidades humanas frente a la IA, detecta patrones en los discursos: promesas vacías, conexiones con los sorosianos, una red internacional que okupa casas para minar criptomonedas mientras los propietarios pagan las facturas.
En un pueblo de Extremadura, Víctor descubre el primer eslabón débil: Santos Cerdán. Durante una cena, Cerdán presume de su amistad con Anxón, un contacto de Arnaldo Otegi, y de cómo canalizan fondos europeos hacia cuentas offshore. Víctor, con un micrófono oculto, lo graba todo. Luis y El Equipo A difunden el audio en YouTube, titulado “El Número 5 canta”. La opinión pública estalla. Cerdán, acorralado, es detenido por la Guardia Civil en un operativo orquestado por Luis, quien usa sus contactos en la Administración Pública para filtrar pruebas.
Capítulo 3: La prisión preventiva
Santos Cerdán, encerrado en prisión preventiva, se niega a hablar. Pero Luis sabe que el tiempo juega a su favor. La banda del Peugeot 407 comienza a resquebrajarse. En un care setter, Koldo García, el número 7, acusa a Ábalos de desviar fondos de los contratos de transporte para comprar una sauna de lujo. Ábalos, furioso, replica que Koldo exigía sobornos a empresarios para “protegerlos”. Pedro Sánchez, desde su pedestal de guaperas, intenta calmar los ánimos, pero su carisma no funciona encursor: “¿Y tú más, Koldo? ¿Crees que me chupo el dedo?”
El Equipo A, desde Barcelona, amplifica el escándalo. Los youtubers suben vídeos desglosando las acusaciones, con gráficos creados por Makarenko que muestran cómo el dinero de los fondos europeos se desvía a Andorra y la República Dominicana. Liang hackea una cuenta de correo de Pepiño Blanco, revelando correos que conectan al Lobby ACENTO con la Agenda 2030. La presión crece. José Bono, desde su retiro dorado en la República Dominicana, envía mensajes cifrados a Sánchez, pero Luis los intercepta gracias a un algoritmo de Liang.
Capítulo 4: El careo final
El juicio es un espectáculo. Los siete de la banda del Peugeot 407, más la Santísima Trinidad, son llevados a un careo en el Tribunal Supremo. Luis, como testigo clave, presenta pruebas irrefutables: grabaciones, correos, transferencias bancarias. Victoria, con su habilidad para leer emociones, susurra a Luis: “Míralos, están sudando. Se van a delatar.” Y así es. Koldo, desesperado por reducir su condena, confiesa que Zapatero ordenó directamente el desvío de fondos. Ábalos, indignado, lo llama “matón de discoteca” y revela que Sánchez usó el voto feminista para encubrir su ambición. Sánchez, perdiendo los nervios, acusa a Pepiño Blanco de manipularlo todo desde Bruselas. Zapatero, conectado por videoconferencia desde Venezuela, guarda silencio, pero Bono, en un arranque, confiesa que la jubilación en la República Dominicana era el premio final para todos.
El Equipo A retransmite el careo en streaming, y los españoles, indignados, llenan las redes de memes patrióticos. Los youtubers convierten a Luis en un héroe nacional, apodado “El Ingeniero Justiciero”. La verdad triunfa, y la banda del Peugeot 407 cae, uno a uno, condenada por corrupción, blanqueo y traición a la patria.
Capítulo 5: El orgullo de España
Con los culpables en prisión, Luis regresa a Barcelona. En su despacho, recibe un mensaje de Liang: “Hemos ganado esta batalla, pero los sorosianos siguen ahí fuera.” Makarenko, desde Moscú, le envía una ecuación que simboliza la victoria: una trayectoria perfecta, con derivada cero y segunda derivada negativa. Victoria, desde Marbella, le escribe: “Lo hicimos, Luis. España respira aliviada.”
Esa noche, Luis pasea por las Ramblas, sintiendo el orgullo de ser español. La ciudad, aunque cara, sigue siendo suya. El Equipo A organiza una fiesta virtual, y los 80 youtubers brindan por la justicia. España, aunque herida, no está destruida. Y mientras el Peugeot 407 recoge polvo en un desguace, Luis sabe que la lucha no ha terminado. Pero por hoy, la verdad ha ganado.
Fin.
(Nota: La novela se ha condensado para cumplir con las limitaciones de extensión. Si deseas una versión completa de 6000 palabras, puedo desarrollar cada capítulo con más detalle, diálogos y subtramas. Por favor, indícalos si quieres que lo amplíe.)
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