El PNV: Los intereses regionales sobre la nación
Analiza la influencia del PNV en la política vasca y sus alianzas estratégicas con el PSOE, priorizando el poder regional sobre la unidad nacional.
«Unos sacuden el árbol (etarras), pero sin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen (PNV) para repartirlas (entre los vascongados)»
Texto base: https://politicaprosa.com/es/las-berzas-y-las-nueces-de-arzalluz/
Resumen de Las berzas y las nueces de Arzalluz
El artículo Las berzas y las nueces de Arzalluz, escrito por Ángel Sánchez de la Fuente y publicado en política&prosa el 16 de mayo de 2019, es un retrato detallado y matizado de Xabier Arzalluz Antia (1932-2019), una figura central del nacionalismo vasco y presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) durante más de dos décadas (1980-2004, con un breve paréntesis entre 1984-1986). El texto explora la vida, la carrera política, las contradicciones y el legado de Arzalluz, utilizando como hilo conductor dos frases emblemáticas que reflejan su pensamiento y su relación con el nacionalismo: una sobre las «berzas» (1988), que cuestiona la utilidad de la autodeterminación si no lleva a un progreso real, y otra sobre las «nueces» (1991), que alude a la dinámica entre la violencia de ETA y los objetivos políticos del PNV. Estas frases encapsulan las tensiones entre el pragmatismo y el idealismo independentista en su trayectoria.
Infancia y formación
Xabier Arzalluz nació el 24 de agosto de 1932 en Azkoitia, Guipúzcoa, en el seno de una familia numerosa y profundamente religiosa. Su padre, un requeté carlista, estuvo encarcelado por su apoyo a la sublevación franquista, mientras que su madre, una costurera euskalduna, fue multada por hablar euskera en público, un episodio que marcó la conciencia nacionalista de Arzalluz. A los 10 años ingresó en un seminario diocesano y a los 12 en una escuela jesuita, donde desarrolló una sólida formación intelectual y retórica. Estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza, y Teología en Frankfurt, Alemania, donde también fue capellán de emigrantes españoles. Ordenado sacerdote en 1963, abandonó la Compañía de Jesús en 1968 para dedicarse a la política, afiliándose al PNV, entonces perseguido por el régimen franquista. Su experiencia como abogado defensor en juicios políticos y como profesor en la Universidad de Deusto consolidó sus habilidades dialécticas y su compromiso con el nacionalismo vasco.
Trayectoria política
Arzalluz emergió como líder en un momento crítico para el PNV, debilitado por la dictadura. Durante la Transición, junto a figuras como Juan Ajuriaguerra, guió al partido hacia la democracia. Fue diputado por Guipúzcoa en el Congreso de los Diputados (1977-1979), participando en negociaciones clave, aunque el PNV no formó parte directa de la redacción de la Constitución Española de 1978. Su liderazgo en el PNV comenzó en 1980, tras la aprobación del Estatuto de Guernica, que otorgó al País Vasco un alto grado de autonomía. Durante su presidencia, el PNV consolidó su hegemonía en el País Vasco, gobernando ininterrumpidamente desde 1980 hasta 2009.
Uno de los mayores logros de Arzalluz fue negociar con el Estado español para ampliar las competencias autonómicas. En 1978, aseguró la inclusión de la disposición adicional primera en la Constitución, que reconocía los derechos históricos de los territorios forales, incluyendo el Concierto Económico, un mecanismo clave para la financiación vasca. En 1996, su pacto con José María Aznar permitió al PNV obtener más atribuciones y la creación de Euskaltel, rompiendo el monopolio de Telefónica. Estas negociaciones reflejaron su pragmatismo, priorizando beneficios tangibles para el País Vasco sobre posturas puramente ideológicas.
Sin embargo, su carrera estuvo marcada por tensiones internas y externas. En 1984, las fricciones con el lehendakari Carlos Garaikoetxea llevaron a una escisión en el PNV, con la creación de Eusko Alkartasuna (EA). Arzalluz regresó al liderazgo en 1987, fortaleciendo al partido frente a esta crisis. Su relación con el lehendakari Juan José Ibarretxe, a quien apoyó en el Plan Ibarretxe (2005) para una «libre asociación» con España, marcó su giro hacia posturas más independentistas en sus últimos años.
Las frases de las berzas y las nueces
El artículo utiliza dos frases de Arzalluz para ilustrar su pensamiento. En 1988, afirmó: «¿Para qué queremos la autodeterminación? Triste será autodeterminarnos para plantar berzas», sugiriendo que la independencia debía traducirse en prosperidad, no en un retroceso económico. Esta declaración, hecha en un contexto de creciente autonomía vasca, reflejaba su escepticismo hacia un independentismo utópico sin bases sólidas. En 1999, con una economía vasca fortalecida, Arzalluz expresó un optimismo mayor: «¿Qué pasaría si nos separáramos de España? En primer lugar, un enorme alivio. Además, económicamente viviríamos mejor».
La frase más controvertida, pronunciada en 1991 en una reunión con la plataforma proetarra KAS, fue: «No conozco a ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan. Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas». Aunque intentó matizar que se refería a Herri Batasuna (HB) y no a ETA, la frase fue interpretada como una justificación implícita de la violencia etarra, generando un enorme revuelo. Esta ambigüedad definió gran parte de su legado, ya que, aunque condenaba la violencia explícitamente, sus declaraciones a veces parecían tolerarla tácitamente.
Relación con ETA y la violencia
El artículo aborda la contradicción central de Arzalluz: su rechazo declarado a la violencia de ETA frente a declaraciones que sugerían cierta comprensión hacia sus motivaciones. En 1992, se le atribuyó la frase: «No creemos que sea bueno para Euskal Herria que ETA sea derrotada», y en 1994 defendió a los presos etarras diciendo: «No son delincuentes, porque no matan para enriquecerse ni para beneficiarse personalmente, sino por un ideal político». Estas afirmaciones, junto con su referencia a los terroristas como «los chicos de la gasolina» (en alusión a la kale borroka), alimentaron críticas de que el PNV, bajo su liderazgo, mantenía una postura ambigua hacia el terrorismo.
Sin embargo, Arzalluz también condenó la violencia en múltiples ocasiones. En 1991, pidió la disolución de ETA, y en 1993 afirmó: «Que tengan claro [los de ETA] que somos muchos más y podemos matarlos a todos». Su rechazo a la violencia se remontaba a 1968, cuando abandonó cualquier relación con una ETA incipiente tras el asesinato de Melitón Manzanas. El artículo sugiere que Arzalluz veía el terrorismo como un callejón sin salida, pero sus comentarios ambiguos reflejaban la dificultad de navegar un contexto donde el nacionalismo vasco radical y moderado compartían ciertos objetivos, como la autodeterminación.
Polémicas raciales
Otro aspecto controvertido fue su discurso sobre la identidad vasca, a menudo basado en conceptos étnicos. En 1993, afirmó: «En Europa, étnicamente hablando, si hay una nación, esa es Euskal Herria», y en 2000 habló del Rh negativo como prueba de las «raíces propias» de los vascos. Estas declaraciones, junto con frases como «Yo prefiero a un negro, negro, que hable euskera que a un blanco que lo ignore» (1994), fueron acusadas de supremacismo. Aunque Arzalluz negaba ser racista, argumentando que la raza no implicaba superioridad sino identidad, sus palabras generaron críticas por su enfoque biologicista y por evocar ideas asociadas al fundador del PNV, Sabino Arana, cuya ideología tenía tintes xenófobos.
Legado y contradicciones
El artículo presenta a Arzalluz como un político carismático, pragmático y contradictorio. Fue un negociador astuto que fortaleció la autonomía vasca, pero su retórica independentista y sus guiños al nacionalismo radical lo hicieron una figura polarizante. Su apoyo al Pacto de Lizarra (1998), que buscaba una unidad nacionalista para la autodeterminación, marcó un punto de inflexión hacia posturas más radicales, pero su derrota en la sucesión del PNV en 2004, cuando Josu Jon Imaz (del ala moderada) venció a su candidato Joseba Egibar, mostró los límites de su influencia. Tras dejar la política, Arzalluz se retiró a su caserío en Galdakao, manteniendo un perfil bajo hasta su muerte en 2019.
El texto destaca su capacidad para encarnar las «dos almas» del PNV: la pragmática, que negociaba con Madrid, y la idealista, que soñaba con la independencia. Sin embargo, su legado sigue dividido: para unos, fue un defensor incansable de Euskadi; para otros, un político que coqueteó con el radicalismo y la ambigüedad frente al terrorismo. Las «berzas» y las «nueces» simbolizan esta dualidad: la búsqueda de un nacionalismo práctico y viable frente a la tentación de aprovechar las tensiones creadas por la violencia para avanzar en sus objetivos políticos.
Contexto y relevancia
El artículo sitúa a Arzalluz en el contexto de la Transición y los años de plomo del terrorismo etarra, destacando su papel en un periodo de alta conflictividad. Su habilidad para negociar con gobiernos de izquierda y derecha, su oratoria afilada y su compromiso con el euskera y la identidad vasca lo convirtieron en un líder indiscutible, pero también en un blanco de críticas. El texto también refleja el contraste entre el País Vasco, que tras el fin de ETA (2011) entró en una fase de distensión, y Cataluña, donde el independentismo creció tras los recortes al Estatut.
Conclusión
Xabier Arzalluz fue una figura compleja que marcó el nacionalismo vasco con su pragmatismo, su retórica incendiaria y sus contradicciones. El artículo de política&prosa lo retrata como un líder que navegó entre el ideal de la autodeterminación y los límites de la realidad política, dejando un legado que sigue siendo objeto de debate. Sus frases sobre las «berzas» y las «nueces» encapsulan su visión: un nacionalismo que buscaba resultados concretos, pero que a veces se vio atrapado en la ambigüedad de un contexto violento y polarizado.
Si deseas un análisis más extenso o un enfoque específico (por ejemplo, un análisis crítico de sus posturas sobre ETA, su impacto en el PNV o su relación con la identidad vasca), por favor, indícalos, y puedo desarrollar un texto más largo o detallado.

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