Desde el año 1.978 en la que se constituyó la última Constitución Española la sociedad española y su nueva realidad es muy diferente a la del año 1.978.

Hay nuevas realidades que no se pueden resolver por Decreto Ley como se hace hoy día.

La figura del Estado y la del Rey, como representantes genuinos de España no pueden ser sustituidos por el Gobierno de turno ni, por supuesto, por un Gobierno antipatriótico ni antiespañol como el que hoy día tenemos.

El Estado, la figura del rey y la Soberanía del Pueblo español deben de figurar por encima de la del Gobierno y el Presidente del Gobierno.

La estrafalaria y esperpéntica siruación que ha representado la AMNISTÍA a los golpistas independentistas que no fueron INDULTADOS sino AMNISTIADOS, diciéndoles que el Golpe de Puigdemont fue realizado con la legalidad vigente es demoledor.

Debería de otorgarle la «Nueva» Constitucion MÁS PODER al rey, como, por ejemplo, que se pudiera separar, y volverse a casar, si quisiese, como cualquier otro ciudadano de la calle. Además debería poder tener el PODER de poder decirle al Presidente del Gobierno lo que puede y no puede hacer.

Eliminar «brindis al sol» como decir que cada español tiene derecho a una vivienda digna y decir que tiene derecho a comprarla, si tiene dinero.

Otorgar dignidad al calificativo de español y que, quien quiera serlo, sea digno de ello y jure acomodarse a la cultura y costumbres españolas, además de superar un examen que demuestre su predisposición a querer España y querer hacerla próspera.

Defender la propiedad privada de los ciudadanos, prohibir la okupación y cambiar y volver a redactar todos los artículos de la Constitución Española para que no puedan ser interpretados al gusto y capricho del Gobierno de turno.

Continuará…