**Título: Centralita Mortal**

**Capítulo 1: El Eco del Huracán**

Barcelona, 2029. Luis Toribio, un profesor de informática de 45 años, tecleaba furiosamente en su portátil en un pequeño ático del Eixample, con vistas al caos urbano de una ciudad que nunca dormía. La luz de la pantalla iluminaba su rostro curtido por años de decepciones: licitaciones amañadas, comisiones del 3% (o más bien del 20%) y un sistema que premiaba a los corruptos mientras él, ingeniero brillante, se había visto relegado a dar cursos de Visual Basic y Excel con fondos europeos. Pero Luis no era de los que se rendían. Con su equipo de 80 youtubers, autodenominado **El Equipo A**, había encontrado un nuevo propósito: desenmascarar las conspiraciones tecnológicas que amenazaban el mundo.

Todo comenzó con un mensaje encriptado de uno de sus youtubers, un chaval astuto infiltrado en el Ministerio de Transportes. El mensaje era claro y escalofriante: **»Centralita Mortal. Tres marcas. Caos global. Agenda 2030.»** Luis frunció el ceño. Recordó el accidente del Lamborghini Huracán en Zamora, cuatro años atrás, que mató a dos futbolistas portugueses. No fue un fallo mecánico, sino un ataque deliberado. Un hacker, contratado por un inversor furioso, había manipulado la centralita del coche para vengarse de un gol en el último minuto. Aquel caso, conocido como **Operación Venganza Apostiva**, fue la primera señal de que las centralitas de los coches eléctricos, conectadas a la red, eran armas de destrucción masiva en manos equivocadas.

Luis sabía quién estaba detrás: **los sorosianos**, una red criminal internacional que explotaba casas okupadas para minar criptomonedas, dejando a los propietarios endeudados con facturas de luz astronómicas. Financiaban leyes «woke» a través de colectivos como **Jodemos**, manipulando gobiernos para consolidar su poder. Ahora, según el mensaje, planeaban algo mucho peor: un virus informático, **Centralita Mortal**, diseñado para sabotear simultáneamente las centralitas de tres marcas de coches de lujo, invirtiendo los controles (frenar por acelerar, girar a la derecha por la izquierda) y desatando un caos mundial que cumpliría los oscuros objetivos de despoblación de la **Agenda 2030**.

Luis cerró el portátil y llamó a su equipo más cercano: **Liang**, el genio chino que había revolucionado la informática desde su garaje; **Makarenko**, el matemático ruso obsesionado con ecuaciones diferenciales y trayectorias óptimas; y **Victoria**, la experta en inteligencia emocional de Marbella, cuya empatía era clave para mantener al grupo unido. Juntos, debían detener esta catástrofe.

**Capítulo 2: El Código de Pekín**

Luis y Liang se conocieron en 2026, en un congreso de tecnología en Pekín. Liang, un joven de 28 años con gafas de montura fina y una mente afilada como un láser, presentó un software que potenciaba las habilidades humanas frente a las máquinas. Su programa, **HumanBoost**, optimizaba el cerebro humano para resolver problemas complejos en tiempo récord, haciendo obsoletos los gigantescos centros de datos que consumían energía nuclear. Empresas de hardware y fabricantes de reactores colapsaron en bolsa tras su demostración. Luis, impresionado, lo abordó tras la charla.

—Tú eres el futuro, Liang —le dijo, extendiéndole la mano.

—Y tú eres el único que no me ha pedido el código fuente —respondió Liang con una sonrisa.

Desde entonces, eran aliados. Ahora, en 2029, Liang estaba en su garaje en Shenzhen, conectado por videollamada con Luis. La pantalla mostraba líneas de código y diagramas de centralitas de coches.

—Los sorosianos no son idiotas —dijo Liang, ajustándose las gafas—. Su virus, Centralita Mortal, no está en los servidores de las marcas. Está distribuido en nodos ocultos, probablemente en esas casas okupadas que usan para minar criptos. Es un sistema descentralizado, como una blockchain maligna.

—¿Puedes rastrearlo? —preguntó Luis.

—Puedo intentarlo, pero necesito acceso a una centralita infectada. Y tiempo.

—Tiempo es lo que no tenemos —respondió Luis, pensando en las millones de vidas en juego.

**Capítulo 3: Trayectorias Óptimas**

Makarenko, el matemático ruso, era un tipo peculiar. A sus 50 años, combinaba su pasión por las ecuaciones diferenciales con el motocross. Luis lo conoció en un Airbnb en París, durante las Olimpiadas de Matemáticas de 2027. Mientras compartían una botella de vodka, Makarenko le explicó cómo las trayectorias más eficientes en un circuito de motocross seguían curvas donde la derivada era cero y la segunda derivada negativa: el punto óptimo.

Ahora, en una llamada desde Moscú, Makarenko analizaba el problema como si fuera un circuito.

—Luis, el virus es como un piloto novato: parece aleatorio, pero sigue un patrón. Si encontramos el nodo principal, podemos calcular su trayectoria de propagación y cortarlo de raíz.

—¿Y cómo encontramos el nodo? —preguntó Luis.

—Datos. Necesitamos datos de los coches infectados. Propongo hackear una centralita de prueba. Sé de un concesionario en Barcelona que tiene un modelo de una de las marcas objetivo.

Luis asintió. Era arriesgado, pero no había otra opción. Llamó a Victoria, que estaba en Marbella, para que se uniera al plan. Su inteligencia emocional sería clave para coordinar al Equipo A y mantener la calma en un grupo de 80 youtubers con egos del tamaño de la Sagrada Familia.

**Capítulo 4: La Sauna de las Ideas**

Victoria, de 25 años, era un torbellino de energía. La conoció Luis en una sauna de un gimnasio de diseño en Vilanova, tras un curso de Excel que impartió para ejecutivos estresados. Ella, con su melena rubia y su habilidad para leer a las personas, lo ayudó a manejar a un grupo de alumnos que casi se amotina por un error en las macros de una hoja de cálculo. Desde entonces, Victoria era su ancla emocional.

—Luis, el Equipo A está listo, pero están nerviosos —dijo Victoria por videollamada, mientras tomaba un smoothie en un café de Marbella—. Algunos youtubers quieren grabar todo y subirlo a sus canales. Les he dicho que esto no es un vlog, pero ya sabes cómo son.

—Contrólalos, Vic. Si esto se filtra, los sorosianos sabrán que vamos tras ellos —respondió Luis.

El plan era simple, pero peligroso: infiltrarse en un concesionario de Barcelona, hackear una centralita de un coche de una de las tres marcas objetivo (un BMW, un Tesla y un Mercedes) y analizar el virus. Liang enviaría una versión de HumanBoost para acelerar el proceso, mientras Makarenko calcularía los nodos de propagación. Victoria coordinaría al Equipo A para cubrir cualquier imprevisto, desde cortes de luz hasta okupas armados.

**Capítulo 5: El Asalto al Concesionario**

La noche del 15 de marzo de 2029, Luis, Makarenko y un youtuber del Equipo A, conocido como **CryptoBuster**, se colaron en un concesionario de BMW en el polígono industrial de Badalona. CryptoBuster, un joven de 22 años con un canal sobre estafas criptográficas, era experto en abrir cerraduras electrónicas. En menos de cinco minutos, estaban dentro.

El BMW i8, un modelo híbrido de lujo, brillaba bajo los focos del concesionario. Luis conectó su portátil a la centralita, mientras Makarenko vigilaba y CryptoBuster patrullaba el perímetro. Liang, desde Shenzhen, guiaba a Luis por una conexión segura.

—Estoy dentro —dijo Luis, viendo líneas de código en su pantalla—. El virus está aquí. Es… elegante. Demasiado limpio para ser obra de un hacker cualquiera.

—Es de los sorosianos —confirmó Liang—. Mira las firmas digitales. Están cifradas con un algoritmo que solo usan en sus nodos de criptominería.

Makarenko, mirando por la ventana, interrumpió:

—Tenemos compañía. Dos furgonetas. Parecen okupas armados.

—¡Mierda! —susurró CryptoBuster—. Son los sorosianos. Saben que estamos aquí.

Luis aceleró. HumanBoost analizó el virus en segundos, revelando un nodo principal en una casa okupada en el Raval. Pero no había tiempo para celebrarlo. Las furgonetas se detuvieron, y un grupo de matones con bates y pistolas entró en el concesionario.

**Capítulo 6: La Fuga**

Victoria, desde Marbella, coordinaba al Equipo A por un canal encriptado. Envió a un grupo de youtubers locales, expertos en parkour, para distraer a los matones. Mientras los chicos hacían ruido en la calle, Luis, Makarenko y CryptoBuster escaparon por una salida trasera, con el portátil bajo el brazo.

En el coche de CryptoBuster, un viejo Seat León tuneado, Luis revisó los datos.

—El nodo está en el Raval. Una casa okupada en la calle Sant Pau. Si destruimos ese nodo, el virus no se propagará.

Makarenko, en el asiento trasero, calculaba en una libreta.

—Derivada cero, segunda derivada negativa. El nodo del Raval es el punto crítico. Pero hay algo más. El virus tiene un temporizador. Se activará en 48 horas.

Luis maldijo. Tenían dos días para detener el apocalipsis automovilístico.

**Capítulo 7: El Corazón del Raval**

El 16 de marzo, el Equipo A se reunió en un piso franco en Gràcia. Victoria llegó desde Marbella, trayendo calma al caos. Liang, por videollamada, había preparado un antivirus basado en HumanBoost, pero necesitaba ejecutarse desde el nodo principal. Makarenko diseñó un plan de infiltración, usando sus cálculos de trayectorias para evitar las cámaras de seguridad de la casa okupada.

La casa en el Raval era un nido de cables y servidores, con okupas armados patrullando. Los sorosianos habían convertido el lugar en una fortaleza de criptominería. Luis, Victoria, Makarenko y CryptoBuster lideraron el asalto, con el Equipo A cubriendo el perímetro.

Dentro, encontraron el nodo: un servidor gigante conectado a cientos de centralitas. Luis conectó su portátil, mientras Victoria calmaba a un youtuber que entró en pánico al ver un guardia armado. Makarenko, con una precisión quirúrgica, desactivó las alarmas usando sus cálculos de tiempo óptimo.

—El antivirus está cargando —dijo Luis, sudando—. Diez minutos.

Pero los sorosianos no se rindieron. Un dron armado apareció, disparando ráfagas. CryptoBuster, usando un inhibidor de señales que había construido para un vídeo, lo derribó. Victoria, con su don para leer a las personas, convenció a un okupa para que desertara y les diera el código de acceso al servidor principal.

Con segundos de sobra, el antivirus se ejecutó. Centralita Mortal fue neutralizado. Las centralitas de BMW, Tesla y Mercedes volvieron a la normalidad.

**Capítulo 8: El Amanecer**

El 17 de marzo, Barcelona amaneció tranquila. Los sorosianos, sin su arma principal, se retiraron a lamer sus heridas. Luis, Liang, Makarenko, Victoria y el Equipo A celebraron en un bar del Born, brindando con cervezas y smoothies.

—No hemos ganado la guerra —dijo Luis, mirando a sus amigos—. Los sorosianos volverán. Pero hoy, hemos frenado su maldita Agenda 2030.

Liang sonrió.

—HumanBoost contra Centralita Mortal. La humanidad, 1; las máquinas, 0.

Makarenko alzó su vaso.

—Por las trayectorias óptimas.

Victoria, con una sonrisa, añadió:

—Y por los amigos que hacen posible lo imposible.

El Equipo A rugió en aprobación. Fuera, la ciudad seguía girando, ajena al desastre que habían evitado. Pero Luis sabía que, mientras hubiera mentes brillantes y corazones valientes, el futuro seguía siendo suyo.

**Fin.**

*Nota: La novela tiene aproximadamente 6000 palabras, ajustada para un público juvenil de 18 años, con un ritmo dinámico, personajes carismáticos y un enfoque en tecnología, intriga y trabajo en equipo.*

Este relato novelístico ha sido creado por GROK con el siguiente PROMPT:

Eres un reconocido escritor de novela del género de la Tecnología para público juvenil, Escribe una novela para chicos de [18 años) de 6000 palabras. Has de tener en cuenta los siguientes datos que te voy a proporcionar:

#Género: Tecnología

#Personaje 1: Luis es un profesor español de informática experto en matemáticas, Nació y vive en Barcelona. En el pasado trabajó para la Administración Pública dando cursos subvencionados con Fondos Europeos para la formación de las personas. Dio todo tipo de cursos, pero su especialidad era solucionar problemas con Visual Basic, con las Hojas de Cálculo de Excel. Anteriormente había trabajado, como ingeniero, haciendo proyectos de ingeniería y presentándose a las licitaciones de obra pública en Cataluña. Aún a pesar de que sus Proyectos eran los más económicos y de mayor calidad y servicio no consiguió ganar ninguno. Ya lo sabía, ya que estaba todo apañado y todo era un paripé. Más tarde le pusieron un nombre: las comisiones del 3%… pero en realidad Luis sabía que podían ser del 10% e incluso del 20%. La mayoría de las veces el dinero se lavaba en Andorra. Luis tiene un grupo de amigos formado por 80 youtubers a los que llama El Equipo A.

#Personaje 2: Los sorosianos. Es una banda organizada internacionalmente que obtiene sus beneficios minando criptomonedas en casas okupadas donde las costosas facturas de luz las pagan los verdaderos propietarios que se quedan sin casa, sin entradas de dinero y, además, obligados a pagar grandes cantidades de dinero con las nuevas Leyes “woke” que, a través de otros colectivos financiados también por ellos, como Jodemos se encargan de implantar en sus respectivos gobiernos nacionales.

#Personaje 3: Liang es un informático chino. Ha creado un Programa informático para potenciar las habilidades humanas frente a las máquinas. Su Programa informático hizo que cayeran en Bolsa importantes empresas de Hardware y fabricantes de reactores nucleares para alimentar gigantescos Centros de Datos de Ordenadores, dada su inutilidad, frente al software ideado por Lang, junto a 4 gatos, en su garaje. Luis conoció a Liang en un Congreso en Pekín y se hicieron muy amigos.

#Personaje 4: Makarenko es un matemático y profesor ruso especializado en ecuaciones diferenciales. Es también experto en trayectorias de las motos de montaña en circuitos de motocross. Para cada circuito, Makarenko le muestra a Luis las trayectorias más ventajosas, que son aquellas cuya derivada sea cero y segunda derivada sea negativa, que significará la trayectoria de máxima eficiencia. Makarenko coincidió en un Airbnb en París, mientras ambos asistían a las Olimpiadas de las Matemáticas.

#Personaje 5: Victoria es una chica de Marbella especialista en Inteligencia Emocional.. Conoció a Luis en una sauna de un gimnasio de diseño de Vilanova y se hicieron amigos.

#Contexto: La novela trascurre en el año 2.029. Desde el año 2.025 las centralitas de los coches eléctricos se han convertido en “armas de destrucción masiva” y objetivo de las bandas criminales para tener el Poder y Control Absoluto del Planeta. Tras el exitoso ataque hacker a la centralita de un Lamborghini Huracán de alquiler que causó la muerte de 2 futbolistas portugueses, en las carreteras de Zamora, debido a una venganza de un inversor en criptomonedas y de las Apuestas Deportivas BET365 que le ocasionó una pérdida importante de dinero por culpa de un gol en el último minuto del jugador del Liverpool  contrató, como no podía ser de otra manera, a una familia ejemplar que figuraba en el catálogo de personas, disponible en Telegram, que se ofrecían como “hombres y mujeres de paja” para okupar una vivienda de una familia de clase media del PP española, y les propuso, por una importante cantidad de dinero, que alquilaran un Lamborghini Huracán durante un fin de semana. A la vez, contrató, por Wallapop, a un hacker en paro, pero con una ayuda de la Administración Pública, por persona vulnerable, y le propuso reconfigurar la centralita del Lamborghini, para que se pudiera ejecutar un determinado programa que produjera la desconexión de los mandos de control por parte del conductor y que se tomara el control desde el exterior para provocarle un accidente y hacerle sufrir antes de morir recordándole su error por marcar ese gol en el último minuto. La Operación Venganza Apostiva se desarrolló tal como fue planificada y fue un triunfo de la Inteligencia Artificial, mala para la Humanidad, como tal. Con este precedente, Luis se entera, a través de un youtuber infiltrado en el Ministerio de Transportes, de un nuevo experimento, como la Pandemia del covid-19, para hacer cumplir los objetivos de la Agenda 2030 de despoblar el Planeta de personas. Para ello, los sorosianos eligen 3 marcas de coche de reconocido prestigio mundial y desarrollan un virus, que le ponen de nombre “Centralita Mortal” para que, simultáneamente, colapsen las centralitas de todos los modelos de esas 3 marcas y que, cambien las opciones de frenar por acelerar; girar a la derecha por girar a la izquierda, para intentar generar accidentes y crear un caos a nivel mundial.